Tuvimos la oportunidad de conversar con el Dr. Jorge Silva Morales, quien actualmente ocupa el cargo de Oficial Mayor de la Ciudad de México y a quien agradecemos la amabilidad de recibirnos en las oficinas de gobierno para conocer los valores que lo distinguen como exalumno de nuestra institución y como un hidalguense orgulloso de sus raíces.
Aquí una reseña de lo más destacado de la entrevista.
Las responsabilidades en la Oficialía Mayor
La Oficialía Mayor es un área transversal para toda la administración pública, porque tiene que ver con todos los procesos en materia de contrataciones, de bienes y servicios, todas las operaciones más grandes del gobierno se concentran en esta dependencia.
También corresponden a la Oficialía Mayor las operaciones de compra y venta de todo tipo de predios, inmuebles y solamente su servidor es el único facultado, por parte del gobierno, para transmitir la propiedad; la propiedad no la transmite el jefe de gobierno, la transmite el oficial mayor ante notario público y de acuerdo a la ley.
La oficialía mayor también participa con el gobierno en otras instrucciones transversales a toda la administración, un ejemplo es el apoyo para nuestros hermanos de Guatemala quienes en este momento están sufriendo por el Volcán de Fuego. Recientemente el jefe de gobierno hizo un donativo de sus propios ingresos para ayudar a nuestros hermanos de Guatemala y de ahí la instrucción que él bajó a través de su servidor es que participemos todos: los servidores públicos de estructura, mandos medios y superiores, para hacer estas aportaciones.
Otro tema es el de la reconstrucción de la Ciudad de México. Derivado de los sismos del pasado 19 de septiembre que impactaron enormemente a la ciudad, la Oficialía Mayor tiene que coordinar diversas acciones, entre muchas otras.
Un tema que quiero compartirles es el de la instrucción del actual Jefe de Gobierno para el blindaje de la Ciudad que implica toda una estrategia con los titulares de Seguridad Pública y la Procuraduría de Justicia, para no permitir la entrada de estupefacientes, armas, vehículos de procedencia extranjera o mercancías de procedencia extranjera; cuidando siempre los protocolos que de acuerdo a la Constitución tenemos que atender para las revisiones.
En el tema de la nueva cultura laboral, se ha implementado en el gobierno un cambio que ha implicado romper paradigmas muy importantes para implementar nuevas estrategias y aumentar el desempeño administrativo. Este cambio implicó reconocer a 31 mil servidores públicos que estaban en el régimen de honorarios y por lo cual carecen de prestaciones, sin embargo, estos servidores se incorporaron a la estructura del gobierno. En segundo lugar se reconoce que la mujer es igual que un hombre, una mujer no puede ganar menos, no puede estar supeditada a la voluntad de un director o de un jefe para que no la promocione, para que no la capacite y para que no le reconozca la igualdad; entonces se crean las unidades sustantivas de género y se da lugar a la contratación de igual número de hombres y mujeres. También se implementan lactarios en todas las áreas para que las madres puedan amamantar a sus hijos, o las personas que vengan de visita puedan hacer uso de esos lactarios.
Otro cambio comenzó con la propuesta de que dos viernes al mes los trabajadores pudieran retirarse de sus labores a las 3 de la tarde. Posteriormente con el Dr. Mancera se revisó la alternativa de que aplicara para todos los viernes, con el compromiso de organizarnos para que en los cinco días tengamos nuestras labores al 100%, y que esta oportunidad sea para nuestros colaboradores un motivo para estar con su familia o también para que vayan a estudiar, a seguirse preparando, ya sea que terminen sus estudios o los continúen en posgrados. Todo ello además de toda la capacitación que me toca impulsar.
Puedo mencionar que en una conferencia que dio Carlos Carsolio a 150 jóvenes de nuestra administración sirvió mucho para motivarlos. Carsolio dijo que la principal cumbre que los jóvenes pueden escalar se encuentra en sí mismos, no en el exterior. Todo ha sido una experiencia importantísima y me ha tocado vivirla y construirla desde el gobierno.
El orgullo y la identidad de ser un hidalguense egresado de las escuelas Cruz Azul
Cursé el Jardín de Niños en Cruz Azul y recuerdo con muchísimo cariño a la maestra Vicenta Hernández; la recuerdo porque en esa etapa el niño se empieza a formar en muchos aspectos desde la familia y la escuela, pero muchas veces la influencia de la escuela es mayor por el tiempo que el niño pasa con los maestros.
En aquellos tiempos la comunicación con los padres se subordinaba a únicamente obedecer, no había la construcción de temas. Hoy tenemos una interacción que es de carácter nacional y se comenta a nivel de familia. Soy el mayor de 6 hermanos, mi familia está una parte en Hidalgo por parte de mi mamá; y de mi papá, en Puebla. Mi madre es originaria de Santa María Ilucán, hice mis estudios en la primaria de Santa María y la secundaria en Cruz Azul. Esta formación me impacta mucho en la secundaria, porque es en donde el esquema cambia, de tener un maestro asignado para todas las materias, a tener diversas asignaturas con diversos maestros. La secundaria nos abre un mundo y luego el proceso de la adolescencia, como uno de los más importantes de la formación. Los cuadros o ejemplos que tuve de mis maestros de la adolescencia impactaron de una manera muy importante en mi vida profesional; a la fecha los sigo recordando y les comparto una anécdota.
En la secundaria yo era una persona introvertida y me di cuenta de ello porque mis compañeros eran más abiertos, más participativos y entonces tomé la iniciativa. Empecé a levantar la mano para una poesía o para unas palabras y en una ocasión había que dar las palabras en el Aniversario de la Cruz Azul por el “10 de Diciembre”. El gerente general en ese momento era el Lic. Guillermo Álvarez Macías. Entonces el profesor Alberto pregunta quiénes, como voluntarios, deseaban dar las palabras.
Faltaban 3 meses, entonces el profesor Alberto dice: “Levanten la mano-, y dije -“yo estoy interesado”, levanto la mano, volteo y veo que no había nadie más que yo.
Entonces me di cuenta que estaba en problemas. El maestro de Civismo, Rubén, escribe las palabras y cuando me entrega el documento, eran 10 hojas oficio, al revés y al derecho, a un espacio y entonces cuando me las entrega pregunto si lo puedo leer. Tenía que memorizarlo. Entonces pasa el primer mes y medio y no me había aprendido ni media cuartilla y la salida más fácil fue decir “No puedo”.
Fui a ver al maestro Alberto y me recibe con una sonrisa y pregunta “¿Cómo vas?” y al decirle, cambió su semblante y me dijo: - Considérate reprobado en la materia de Literatura, en la de Historia y como te hizo este discurso el maestro de Civismo, también; así que considérate reprobado en 3 materias y de eso me encargo yo. Así que piénsalo.
Pues lo comenté en la casa… y faltando un mes hice las cuentas de cuánto tenía que memorizar y justo faltando un día para el evento me sabía las 10 cuartillas. Mi hermana me tomaba la lectura y me lo aprendí. El día del evento, frente a los trabajadores, docentes y todos, a la mitad se me olvida; ahí fue cuando dejé de creer en los súper héroes. Nadie fue a ayudarme, así que tuve que tomar una decisión, porque todo el mundo estaba callado. Entonces, retomo el mensaje y termino.
Mi vida cambió con esa experiencia, porque supe que sí podía lograrlo y lo único que necesitaba era tener confianza en mí, tener respeto a las instituciones que eran mis maestros y desde entonces creo que mi escuela secundaria me forjó el carácter, me hizo un hombre responsable, tan así que no tuve temor en hacer uso de la tribuna más alta de la nación cuando fui diputado federal, hablar ante el Congreso de la Unión a la Cámara de Diputados, a la Cámara de Senadores. Porque si mis maestros no me hubieran formado, si ellos me hubieran dicho “pues no te preocupes, déjalo y solo apréndete estas 5 líneas”… Aprendí que tenía que ser responsable de mis actos y que sí podía lograrlo, pero jamás lo vas a hacer, si no lo intentas.
Luego de eso, tengo la oportunidad de ser Presidente de la Sociedad de Alumnos en una elección interna, en la que ni me propuse, me propusieron y gano la elección. Durante un año escolar, todos los sábados, tenía que presidir las reuniones, después de ahí hice una excelente preparatoria, una excelente universidad y los posgrados.
Entendí también otra cosa: una de las lecciones que nos dio el maestro Rogelio Rodríguez es que cuando alguien es estudiante, lo es para toda la vida, no terminan nunca los estudios, porque uno decidió abrazar la profesión. Hoy eso me ha permitido dar facilidades e incentivar a muchos jóvenes y adultos que han terminado su maestría, su doctorado, y una prueba de ello es el Lic. José Juan Gómez, uno de mis colaboradores que con 76 años me compartió su proyecto de vida al mostrarme su iniciativa y obtener su título de licenciatura, o como la maestra Cristina Pineda a quien conozco de hace años y también trabaja conmigo, está por obtener su grado de doctorado, ella es un ejemplo para su familia, su colonia, su comunidad y para mucha gente que la conoce, es un referente de admiración, porque ha sembrado esa semilla para que otros la sigan. Cristina es una mujer de retos, es una persona de la cultura del esfuerzo.
Es bueno aprender, pero es mejor compartir. Tenemos que seguir formando a esta nación, del lado bueno, de ser obligadamente responsables, ser el eje rector para otros. Porque el principal enemigo está dentro de uno mismo y es a uno mismo a quien tenemos que vencer. Esta dentro de uno la fuerza de seguir y no detenerse.
El sentimiento de un triunfador
Podemos tener momentos de flaqueza, pero no de derrota. Los mexicanos traemos el espíritu de ser triunfadores, venimos de una cultura de campeones. Cómo no lo voy a saber, si yo estuve en varias de las finales donde el Cruz Azul ganó los campeonatos. ¿Ustedes creen que yo no me sentí campeón? ¡Pues claro que me sentí campeón! Pero eso no se me quitó nunca. Yo sabía que venía de una cuna de campeones. No importa si el Cruz Azul no ha ganado últimamente o si lleva 10 años sin ganar, eso a mí no me importa, es la cultura que me dejaron, la de ser un campeón.
Por eso cuando llegué a la ciudad de México, dije “voy a llegar a jugar un partido” y solo quería una oportunidad. Lo demás ya depende de mí.
Por eso digo que si yo no hubiera tenido un acompañamiento de maestros de excelencia, con sus instrucciones, con sus enseñanzas y sus consejos…al maestro Alberto Viveros Carmona, al Mtro., Rogelio Rodríguez Cortés, al maestro Cristóbal González, a la Mtra. Enriqueta Sanaphre, a la maestra Eloísa Hernández, a la maestra Ma. Luisa Chino Serna, a todos los recuerdo con mucho cariño.
Nada es fácil, pero es más fácil cuando uno está convencido de que lo podemos lograr.
Con la amabilidad y el don de gente que lo distingue, el Dr. Jorge Silva nos despide no sin antes estrechar nuestra mano con la franqueza y el orgullo de ser un Exalumno Cruz Azul.